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viernes, 4 de diciembre de 2009

La Evolución de Los Pescaditos

Lo recuerdo bien. La primera vez fue en Acapulco en 1976. Entonces comenzó un idilio como pocos en la vida: intenso, constante y largo. Si bien los he probado de aquí y de allá: veracruzanos, sinaloenses, yucatecos, peruanos, chilenos... hasta mediterráneos, nunca les he sido infiel. Tengo mis favoritos pero todos me han resultado deliciosos: los camarones.

Hace unos días salí con mis sobrinos a cenar. Aunque mi antojo estaba claramente encaprichado con el habitual ceviche de camarón de fin de semana, dejé que ellos escogieran el lugar. Los dos gritaron “¡Los Pescaditos!” al unísono y hacia allá nos dirigimos. Había escuchado hablar de este restaurante por algunos años pero nunca tuve la suficiente curiosidad de acercarme.

Reconozco que nada volverá a ser igual. El ceviche de camarón en el restaurante Los Pescaditos conquistó mi paladar y cambió mi concepto del “savoir faire” en lo que a cocina de mariscos se refiere. Tal vez sea la poco frecuente pulcritud de retirar los intestinos antes de la cocción o el sutil sabor a mantequilla del marinado, lo cierto es que hoy por hoy cuando pienso en ceviche pienso en Los Pescaditos.

Los Pescaditos comenzó como un sencillo puesto de tacos de mariscos a mediados de los años ’90 frente a Playa Marlín, una playa muy concurrida los fines de semana por la ecléctica y pujante juventud de Cancún. Debido al éxito abrieron su primer local en la Av. Yaxchilán, en el centro, a principios de este siglo, en un estilo relajado e informal con motivos marinos y del reggae. Existe una clientela fiel que los ha seguido desde entonces, pero seguramente en su nuevo local en Plaza del Ángel, en Av. La Luna entre Av. Kohunlich y Av. Nichupté, más amplio y moderno, hará crecer su mercado, gracias a la incrementada limpieza y algo que me dejó me dejó boquiabierto: el atento servicio de los meseros, un acierto remarcable en un destino que ha perdido todo sentido de su honorable propósito: el servicio como modo de vida.

Esa noche a la mesa también llegaron crujientes pescadillas (que si no son una creación cancunense, son ya un antojito típico por adopción), y los dedos de pescado en generosa porción. También alcancé a ver otras delicias para los amantes de los mariscos en el variado menú. Por todo lo anterior Los Pescaditos están en mi lista de favoritos familiares.

3 comentarios:

  1. Que buena idea crear este blog, felicidades!

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  2. Que loco Ernesto, como ya sabes me gusta mirar los programas de cocina y siempre recalcan la importancia de quitarle el intestino a los camarones, asi que me llamo la atencion tu comentario de que aca lo hacen muy raramente. Me encanta que hayas empezado este blog (que hace rato lo veniamos comentando :) y estoy segura de que vas a traer muy buenas recomendaciones para comer en Cancun. Felicitaciones!

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  3. Anotado en la agenda de mi próxima visita, para degustar a su lado.
    Que rico leerte. Aun asi, extraño la poesía.
    Abacho.

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